Los humanos estamos llenos de costumbres, pero también podemos cambiarlas.

Comienza el año nuevo con buenas intenciones y proyectos; tu cuerpo y mente son lo prioritario. La salud no es sólo no tener enfermedades, sino también mantener un estilo de vida en buen estado, que tu organismo funcione bien y que tengas un bienestar psicológico y emocional.

Para lograr esto, el Dr. Jesús Sánchez Martos, autor del libro “A favor del tiempo”, te propone poner atención en los siguientes hábitos:

1. Mantente hidratada: El agua es imprescindible para tu vida y tu cuerpo necesita mínimo 2 litros diarios de agua natural para funcionar óptimamente. Toma esta cantidad sin contar los jugos, caldos, cafés, frutas o verduras ricas en agua.

2. Consume suficiente fibra: Facilita el tránsito de las heces por tu intestino, ayuda a evitar el estreñimiento, a sentirte saciada y por lo tanto a comer menos. Las principales fuentes de fibra son los cereales, las semillas, las frutas con cáscara, las verduras, los vegetales verdes y los frutos secos.

3. Desayuna como reina: Descarta ya la dona y el café a toda prisa, que te producen un alza de energía rápida, seguida de un bajón y punzadas de apetito. La mejor combinación en el desayuno es un lácteo con fruta fresca o jugo recién exprimido, mas pan o cereal integral.

4. Haz ejercicio cotidiano: La inactividad le abre la puerta a muchas enfermedades. Dedícale un tiempo a una actividad física y hazlo un hábito cotidiano como cepillarte los dientes. Muévete siempre que puedas, usa las escaleras en vez del elevador y los pies en vez del coche. Camina media hora diaria, bastará para ahuyentar tu sedentarismo.

5. Haz alguna actividad:Lo ideal es practicar ejercicio al menos tres veces por semana. Si no tienes tiempo, baila, camina o haz las tareas de la casa. Dedica un día a ir caminando al trabajo, otro día camina al súper, y otro ordena toda tu casa. Hazlo regularmente y aumenta poco a poco el tiempo e intensidad de las actividades.

6. Evita aislarte:El correo electrónico, los mensajes por celular y el teléfono son prácticos y divertidos, pero abusar de ellos te aparta del calor de la voz, los gestos, las miradas, el tacto y la comunicación no verbal. La soledad aumenta el riesgo de enfermarte, porque pierdes interés en comer bien, ejercitarte y cuidarte. No te aísles, sal a pasear, reúnete con tu familia y amigos más seguido.

7. Disfruta del sexo:No sólo es propiedad de los jóvenes o de los recién enamorados. Llevar una vida sexual plena y placentera a cualquier edad es un estimulante que te llena de felicidad, fuerza y energía. Liberas la tensión, relajas el cuerpo y la mente, y quemas calorías. Practica con tu pareja esta otra forma de comunicación, háganlo siempre que se les antoje y con tiempo suficiente.

8. Revísate puntualmente: Aunque estés sana, revísate periódicamente y evita problemas previniéndolos. Dependiendo de tu edad y de tu salud, hazte una revisión ginecológica, de orina, sangre, ojos, pies, dientes y presión arterial. Quítate el miedo a que te descubran algo, piensa que cuanto antes te detecten algún problema, más posibilidades habrá de curarlo.

9. Evita automedicarte: Deja la mala y peligrosa costumbre de autorrecetarte y toma las medicinas siempre bajo supervisión médica. Ante algún leve malestar, consulta con el farmacéutico, y si es un problema más severo acude al médico. Tampoco abandones los medicamentos a medias cuando ya sientas cierta mejoría.

10. Deja de fumar ¡ya!: Nunca será fácil abandonar el cigarro, pero te puede resultar más tolerable si sigues estas recomendaciones:

* Empieza el día haciendo ejercicios respiratorios en un lugar bien ventilado.
* Cambia tus rutinas: lávate los dientes justo al terminar de comer, ten un lápiz en la mano, sal a caminar.
* Olvídate por ahora de las bebidas que acompañan al tabaco como café, té y alcohol.
* Sobre todo en los primeros días, evita estar en ambientes donde se fume.
* Evita decidir que no vas a fumar nunca más; sólo piensa que no vas a fumar hoy.
* Respeta tu decisión cada vez que tengas deseos de fumar.
* No cedas nunca, ni siquiera con un cigarro. Empezarás con uno y volverás a fumar como antes.
* Cuando el deseo de fumar parezca irresistible, relájate, inhala profundamente, retén el aire el máximo tiempo posible y suéltalo lentamente.
* Si sientes una urgente necesidad de encender un cigarro, espera un minuto y verás que la necesidad desaparece. Piensa que sólo durará unos instantes y cada vez será más controlable.
* Las ganas de fumar no son eternas, al contrario, desaparecen después de poco tiempo.

Sé consciente de que tu vida depende de cómo empieces el año nuevo, pero sobre todo de cómo lo sigas día a día. Así que toma en cuenta estas recomendaciones y sé positiva. ¡ Feliz 2011!

http://www.esmas.com/mujer/saludable/tucuerpo

Trabaja, Aprende, Crece...

Cuenta la leyenda que Narciso era hijo de un río y de una ninfa. Y por lo visto era un niño muy guapo. Narciso fue creciendo, y pronto fue un joven apuesto. Lo malo es que rechazaba el amor que le ofrecían y permanecía insensible al cariño de los demás. Sólo estaba pendiente de sí mismo. Así fueron pasando los años hasta que un día de mucho calor, después de una cacería, el muchacho se detuvo en una fuente para refrescarse. Al inclinarse para beber, Narciso vio su imagen reflejada en las aguas..., y se enamoró perdidamente de su propia figura.

Y allí se quedó Narciso, días y días, semanas y semanas, indiferente a todo lo que le rodeaba. Y allí, inmóvil como una estatua, absorto en su propia contemplación, se dejó consumir por el hambre y la soledad hasta desvanecerse y caer sin vida sobre la hierba.

Esta vieja leyenda ha dado el nombre de narcisismo a esa ingenua vanidad de quienes ante el espejo alimentan sin cesar la admiración hacia sí mismos. La tragedia de Narciso tiene otras formas mucho más corrientes, más a nivel de calle. Aparece como un idealismo, ingenuo y perezoso a la vez, que inunda los afanes de muchas chicas y chicos jóvenes. Están llenos de proyectos: van a ser grandes genios, egregios artistas, creadores incomparables...; y a continuación confiesan que van mal en sus estudios, que jamás leen un libro, que no saben lo que es madrugar.

Piensan que están llamados a ocupar puestos preeminentes, que están destinados a ser como aquel gran empresario que se hizo a sí mismo en unos pocos años y ahora es inmensamente rico. Imaginan que triunfar en la vida es un camino sencillo, de sueño azul, glorioso, placentero y gratificante. Van por la calle imaginando las miradas de admiración, las miradas de envidia, que sin duda le dirigen los conductores, los peatones, todos.

Un día reciben un halago (quizá de cumplido) por algo que han hecho, y ya se ven como un nuevo Mozart o un nuevo Goya. Y en seguida creen ser un genio mundial, un superhombre. Y se comportan como piensan que corresponde a un genio así, de forma anárquica y distinta, como un hombre al que poco queda que aprender y que vivirá con sólo sacar un poco de partido a su inmenso talento.

Pero la vida no suele ser así. Porque la realidad es terca. Y deben comprender que para hacer cualquier cosa seria en la vida, hay mucho que trabajar, mucho que aprender, mucho que tachar. Que nunca podrán crear si anteponen hoy sus sueños a la realidad. Quizá convenga recordarles aquello de Thomas Edisson de que el genio se compone de un 1% ciento de inspiración y un 99% de transpiración, de sudor, de trabajo.

La vanidad lleva a creerse algo distinto a lo que uno realmente es. El vanidoso piensa que hace maravillas y se siente herido si los demás no lo valoran. El hechizo de la vanidad los problematiza y sufren tremendamente. El mejor remedio es un poco de realismo:

Para unos, será comprender que los genios suelen ser inteligencias trabajadas por un estudio profundo;

Para otros, abrir un poco los ojos y descubrir las cualidades de los demás, que es una excelente forma de aprender;

Para los que pasan horas ante el espejo y aún así no están seguros de que les guste lo que reflejan, ser menos puntillosos en cuanto a su aspecto físico;

Para todos, rechazar el engañoso halago de la adulación (propia o ajena) y comprender que el objetivo de la vida no puede ser algo tan pasajero como la opinión ajena o el brillo de los aplausos.

Los personajes famosos, esos que saborean las mieles de la gloria, cuando son un poco sensatos "y sinceros" reconocen que sólo con esas satisfacciones no se puede llenar una vida. Que vale más un poco de cariño que todos los aplausos del mundo. Que, a veces, han logrado todos esos aplausos pero, en esa lucha, han perdido el cariño de los suyos, y están tristes.

Hay que aspirar a ser buena persona y a ser coherente con uno mismo. También se puede desear que los demás lo crean así, y lo valoren. Pero esto último ya es más difícil y, sobre todo, menos importante. Muchas veces hay que contentarse "y no es poco, es lo principal" con estar satisfecho con uno mismo. El aplauso que importa y que de verdad satisface es el que proviene de nuestro interior, de la conciencia de la obra bien hecha.

Dr Juan Barek

No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque son vanidades. 1 Samuel 12:21.

Ciertamente Dios no oirá la vanidad, Ni la mirará el Omnipotente. Job 35:13.


Tiempo de Navidad

La Navidad es tiempo para amar, soñar, compartir, realizar nuestros deseos e ilusiones. Con cuánta alegría esperamos ese día para estar juntos con la familia, los amigos y demás seres queridos con quienes discutimos lo bueno y lo malo, lo dulce y lo amargo, lo fácil y lo difícil que pasamos durante un año más que se va. Cada quien de alguna manera colaboró para mejorar parte de su ambiente y de su calidad de vida. La Navidad es un espacio vital para el ser humano, ya que en estas fechas nuestro lado sensible cobra fuerza en nuestro interior y nos hace buscar la paz espiritual. Nos nacen momentos de ternura, momentos de querer abrazar, de besar, de dar, de querer recibir, de abrir un regalo y poder compartir ese momento de emoción con la persona amada. La Navidad es reconciliación, es perdón, es decirle al hermano, al amigo, al compañero, al novio, al vecino, al marido que como humano fallé y pedirle perdón y ofrecerle: Hoy quiero ser mejor, comenzar por vencer mi orgullo, valorarme y valorarte a ti. Dar un abrazo no cuesta nada, en cambio eleva nuestra autoestima y además nos une, aleja el rencor y nos permite disfrutar de la magia de un cálido momento navideño que cumplió su función de unirnos y de volver a empezar. La Navidad es solidaridad, lleva consigo un acto humanitario, oportuno, el de poder llevarles a nuestros hermanos enfermos, los discapacitados, desahuciados, a aquellos quienes llevan una muerte en vida y con quienes la vida no ha sido amable un poco de aliento, afecto, esperanza, motivación para luchar por vivir y de esa manera conocer juntos el verdadero sentido de la Navidad.
La Navidad es estar en paz con Dios, es poder decirle gracias; gracias por otro año, por otra Navidad, por la unidad, la humildad, por su fortaleza durante este año de lucha que concluye. Gracias por hacer de esta Navidad la mejor y la más especial. Gracias por seguir amándonos, por el entusiasmo de continuar la carrera de la vida, y de empezar otro nuevo año. www.ciad.
¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!