II Congreso de Mujeres Cooperativista en El Salvador


En el marco del II Congreso de Mujeres Cooperativistas 2010 en El Salvador con la participacion de numerosas feminas de Centroamerica y El Caribe, estuvimos disertando sobre El Fortalecimiento de las Competencias de las Mujeres asociadas a las Cooperativas este pasado 23 de mayo, felicitamos a FEDECACES en la persona de Ana Esther Galindo mujer esforzada luchadora a favor de las mejores causas de los derechos y el desarrollo de la mujer, agradecemos a Dios y a Ana Esther la invitacion y la oportunidad de compartir con tan valiosas representantes de Latinoamericana.

Las 7 Iglesias de Asia Menor

“Tienes nombre de que vives, y estás muerto”. ¡Qué triste constatación debe hacer el Señor sobre el estado moral de la iglesia de Sardis! Tener el nombre de vivir es tener la re­putación de ser cristiano, cuando realmente se está muerto para Dios, es decir, sin verdadera relación con él.

Uno puede tener una religión, estar orgulloso de la fe de sus antepasados, pero esto no basta. También uno puede haber tenido padres cristianos y haberlos honrado. Eso es bueno, pero también es necesario recordar su fe (no sólo su integridad moral) y como ellos, tener una verdadera fe personal. Para estar vivo es necesario haberse apropiado personalmente del mensaje del Evangelio y haber creído en Cristo, el único Salvador.

¡La iglesia de Sardis sólo tenía el nombre de vivir! De hecho estaba muerta. Esto nos impresiona pero también debe hacernos reflexionar. ¿Qué es una iglesia local realmente viva? Es un grupo de creyentes (cada uno miembro del cuerpo de Cristo), cuya vida colectiva en un lugar determinado está, en relación viva y estrecha con Cristo, el Jefe y centro de la Iglesia. Sólo él edifica, alienta, ama y santifica a su Iglesia. Esta vida falta, o llega a faltar, si para aquellos que están así reunidos, Cristo no es, o ya no es más, el blanco y centro de la reunión.

Si sentimos esta falta de vida en la iglesia local, podemos empezar por decírselo al Señor y escudriñar la Biblia para que Él nos hable.
Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Sé vigilante, y afirma las otras cosas.
Apocalipsis 3:1-2.

Echa mano de la vida eterna.
1 Timoteo 6:12.
amen-amen.net

Quién soy?


Quién soy? Yo. Soy yo misma. Nadie más. No hay un duplicado. No existe un clon. Dios me creó y soy la persona que él quiere que sea. Nada más. Nada menos. Y también es así en tu caso.
El escritor de Job dice que la mano de Dios nos dio una forma única a cada uno. Nos formó con exactitud.
El gran Yo Soy nos hizo y nos formó. ¡Qué bendito pensamiento! No tengo que ser nadie más, sino yo misma. Y mientras camino con Jesús, el Señor está en el proceso de hacerme más semejante a él. Dios nos creó tal como somos y «nada es despreciable» (1Timoteo 4:4).
A veces es difícil ser uno mismo porque no nos gusta ser lo que somos. Acéptate como una creación maravillosa de Dios. Entonces tendrás la libertad de ser tú misma sin temor.
¿Quién eres? Una creación única de Dios. No hay nadie como tú. Nunca ha existido, nunca existirá. Solamente tú puedes ser tú. Sé como Dios te hizo. Luci Swindoll