Estamos en tiempos de peligrosos donde las relaciones interpersonales se
deterioran a una velocidad increíble, la comunicación digital han progresado de
manera extraordinaria no así la comunicación intrafamiliar, cada vez son más
los hogares rotos y los hijos e hijas
dispersos sin orientación fruto de las malas relaciones entres sus integrantes.
La agresión contra la mujer es el día a día de nuestras naciones, las
cifras son sencillamente alarmantes en todo el mundo, sin importar los
extractos sociales, raza o religión. Siendo la mujer una de las dos principales
columnas de la familia, cuando esta es quebrada la estabilidad se pierde
irremediablemente.
Las Naciones Unidas definen la
violencia contra la mujer como "todo acto de violencia de género que
resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para
la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la
privada".
Cifras que mueven a Reflexión:
En un estudio de
la OMS sobre la salud de la mujer y la violencia doméstica contra la mujer (WHO
multi-country study on women’s health and domestic violence against women)
realizado en 10 países, en su mayoría en desarrollo, se observó que en las
mujeres de 15 a 49 años:
- entre
el 15% de ellas en el Japón y el 71% en Etiopía referían haber sufrido a
lo largo de su vida violencia física o sexual perpetrada por su pareja;
- entre
un 0,3% y un 11,5% referían haber sufrido violencia sexual perpetrada por
alguien que no era su pareja después de cumplidos 15 años;
- la
primera experiencia sexual había sido forzada en muchos casos (17% en la
Tanzanía rural, 24% en el Perú rural, y 30% en zonas rurales de
Bangladesh).
En un análisis
reciente hecho por la OMS, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres
y el Consejo de Investigaciones Médicas, basado en los datos de más de 80
países, el 35% de las mujeres han sufrido violencia física o sexual por parte
de su pareja o violencia sexual por terceros.
Muchas son las legislaciones en favor de la mujer y
las niñas que nuestros gobiernos han producido, aun faltan muchas más, sin
embargo el problema continua, más allá del marco jurídico, se necesita voluntad
para hacer cumplir las leyes que protegen las familias.
Crear estrategias para educar la nueva generación en
una cultura de paz y comunicación efectiva, comenzar a desaprender conductas de
agresión e intolerancia que al final solo resultan en daños físicos y
psicológicos para la población más vulnerable.
Las empresas cooperativas tienen una formidable
oportunidad de aportar su cuota de ayuda para cambiar la situación, desde
nuestras organizaciones se pueden promover esfuerzos hacia:
1.
Dar
a conocer las estadísticas de la violencia y sus consecuencias a fin de crear
conciencia en la colectividad.
2.
Educar
y fomentar para una cultura de paz y tolerancia a lo interno de la familia.
3.
Apoyar
los programas de desarrollo de la mujer que den como resultado su
empoderamiento y capacidad de liberarse de situaciones de riesgo.
4.
Coordinar
con los organismos de integración acciones conjuntas para reducir la violencia
de género y sus consecuencias.
Todo
esto conforme a los principios y valores que nos rigen.
Dios
les bendiga.
Licda. Xiomara Núñez de
Céspedes.
Presidenta del Comité Regional
de Equidad de Género
De Cooperativas de Las
Américas. Antes ACI-AMÉRICAS
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