Licda. Xiomara Nuñez de Céspedes.
Es lamentable que cada dos días sea asesinada una mujer en República Dominicana, en lo que va de año ya alcanzamos la escandalosa cifra de 177 mujeres asesinadas y las estadísticas no registran las mutiladas y maltratadas al igual que las violaciones de niñas. Tampoco las que se quedan calladas sin denunciar y los incontables vecinos y familiares que se quedan cruzados de brazos antes los abusos para luego salir pidiendo justicia antes las cámaras de los noticieros.
Tenemos una urgente tarea por delante, es una responsabilidad de todos los sectores que gravitan en la nación, tengo la percepción de que este flagelo toca cada familia o conocido de todos nosotros, debemos hacer un compromiso nacional para unir voluntades, trazar planes de educación y concienciación de este mal que está mermando la población femenina de nuestro país.
Las autoridades han dicho en la voz de la Ministro de la mujer: “Existe un decreto del año 2001 que ordena a todas las instituciones gubernamentales crear un departamento de género, para que apliquen las políticas con perspectiva de género, pero aún no se ha materializado, pues solo en algunas instituciones se ha implementado este decreto, lo cual se traduce en ausencia de apoyo. Entendemos que habiendo estadísticas de 200 mujeres asesinadas por año se debe contar con más apoyo, porque no es solo por las mujeres asesinadas, sino por las consecuencias que trae; las familias que se destruyen, los niños huérfanos, que se traduce en graves perjuicios para la sociedad dominicana” no entiendo como las leyes que ellos juraron defender son ignorados por todos de manera impune.
Las cooperativas deben ayudar con la educación de esta población cada vez más violenta y menos tolerante desde los comités de mujeres debe salir una voz de alerta para la nación , comenzar a educar para la paz en favor de una masculinidad más sana y tolerante.
Si se destruye la familia se destruye el país, al paso que vamos la próxima generación será de jóvenes traumatizados por la violencia rampante de su entorno.
Las estadísticas cobran importancia cada noviembre mes de la No Violencia contra la Mujer, sin embargo las muertes ocurren día tras días sin importar el mes y sin perturbar la tranquilidad con que nuestros gobernantes posponen cada vez más la ejecución y creación de leyes que castiguen este delito que nos merma.
Por demás está decir que el castigo no reducirá las muertes y mutilaciones a menos que vaya acompañada de una continua educación a todos los niveles y en todos los grupos de interés que inciden en las cooperativas. De ahí la importancia de aunar esfuerzo para lograr alcanzar con la educación al mayor número de personas con conductas de riesgo.
Existen importantes estudios que revelan cuales son los actores más frecuentes de la violencia, cabe destacar que los mismos se encuentran en cualquier grupo social, económico o profesional, haciendo necesario elaborar un plan que abarque todos los sectores, debemos asumir el compromiso con responsabilidad afín de erradicar esta problemática nacional, aunque es un mal diseminado por todo el mundo, no necesariamente tiene que ser nuestro.
Unámonos por la vida y la paz.
En cuanto de vosotros dependa, haced lo posible por vivir en paz con todo el mundo. Romanos 12:18