Recientemente estuve como facilitadora en un Taller para Jóvenes
Emprendedores de San Juan de La Maguana, Cooproenf cumpliendo con su programa
de bienestar social aporto los recursos para dicho evento.
Quede gratamente sorprendida con la creatividad y disposición de la juventud
nacional, poder oír sus ideas de negocios me convenció de que no todo está
perdido, que existe un sin número de acciones que podemos hacer desde las
cooperativas que mejoren la calidad de vida de nuestros conciudadanos.
Las autoridades no dan abasto para cubrir las necesidades de una
población cada vez más grande y demandante, se hace más que necesario que todos
los sectores aporten su granito de arena. Enseñar a la juventud a implementar y
formalizar sus ideas de negocio es también una oportunidad para explicarle las
ventajas del cooperativismo.
Existe una gran cantidad de literatura sobre emprendimiento
que prepara a los que aspiran a
emprender en cómo hacer planes de
negocio para conseguir financiamiento proveniente de supuestos inversionistas,
tal y como lo hace la tradición norteamericana de enseñanza del emprendimiento,
la realidad de negocios nos dice que inclusive en los países desarrollados los
proyectos emprendedores inician con sus recursos financieros propios y
normalmente muy escasos.
Los créditos
destinado a este reglón de la economía son escasos o no dan abasto para la
demanda por parte de un sector de la población que no cuenta con historial
positivo de crédito y mucho menos con referencias comerciales, es así como
mueren cientos de ideas de buenos negocios que pudieran transformar las vidas
de sus ideólogos o sustentantes junto a sus comunidades.
Las
cooperativas tienen aquí una gran oportunidad no solo de hacer negocio sino más
bien de transformar ese sector de la población en personas útiles alejadas de
la delincuencia y la corrupción por dadivas que tanto abunda entre la juventud.
No se trata
de dar créditos porque si, más bien es crear un departamento que de orientación
y ayuda a desarrollar las ideas de la juventud con inquietudes para emprender,
que los adiestres y depure las ideas ayudando a viabilizar las mismas.
A raíz de
una serie de entrenamientos que se recibieron a través del programa de
colaboración de la Escuela Andaluza de Economía Social y el CONACOOP fueron
muchos los jóvenes que se capacitaron, sin embargo no existe un seguimiento o
replica de dicho proyecto, es un buen momento para retomarlo y marcar una
diferencia entre las empresas financieras y las empresas de economía social.
La juventud está esperando esa
mano amiga del cooperativismo que le muestre de manera tangible los principios
y valores que hacen del cooperativismo la mejor opción para la trasformación en
una sociedad más justa y una mejor distribución de las riquezas y
oportunidades.
“Cada uno ponga al servicio de los demás el
don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus
diversas formas.”1 Pedro 4.10
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