Licda. Xiomara Nuñez de Céspedes.
Con tristeza e indignación nos atrevemos a conmemorar de nuevo el 25 de
noviembre Día de la No violencia contra la mujer en un mundo con una vieja
adicción de maltrato contra ella.
A pesar de las denuncias y los
esfuerzos por detener la violencia intrafamiliar, las estadísticas
persisten. En un estudio multipaís de la
OMS, dice que el 15%-71% de las mujeres
de 15 a 49 años refirieron haber sufrido violencia física y/o sexual por parte
de su pareja en algún momento de su vida.
Sin lugar a duda el numero es alarmante, han cambiado muchos los
escenarios, antes se consideraba un fenómeno mayormente determinado por
factores ligados a la pobreza, hoy sin embargo vemos que mismo no discrimina
estatus económico, social, racial o religioso, lo mismo se abusan unas que
otras.
Debemos destacar sin embargo un factor determinante en la réplica de la
violencia y el aprendizaje una persona que crece en la violencia aprende a ser
violenta, no hay dudas los hijos de padres que abusan son los abusadores del
mañana.
Estamos en la obligación de educar para parar la violencia, no podemos
permanecer ajenos a lo que pasa alrededor nuestro.
El compromiso de toda la sociedad se hace necesario, comenzando por los
hogares, el gobierno, los recintos
educativos y sobre todo los medios de comunicación debemos erradicar todo tipo
de violencia verbal, visual, física o psicológica.
Cuando nos agredimos de cualquier forma en el hogar estamos diciendo a
la nueva generación que la violencia es una forma normal de comunicarnos.
Cuando desde las autoridades que
nos dirigen se ejerce la violencia física o económica contra un pueblo que confió su voto para ser
gobernado con justicia e integridad, estamos diciendo que el poder es sinónimo
de frustración e indignación, eso se convierte en violencia colectiva.
Los medios de comunicación juegan un papel determinante en la promoción
y exaltación de las conductas violentas, no se trata solo de publicar las
noticias de actos violentos contra la mujer sino del enfoque que a veces se les
da, hay notas que hasta justifican el mismo con comentarios permisivos e
injuriosos contra la víctima.
La educación debe jugar un rol determinante en la prevención de la
violencia, además del estado, debe ser un compromiso de toda la sociedad, cada
cooperativa debe promover de manera permanente la No violencia contra la
familia, son muchos los medios de educación con los que contamos que deben ser
usados en dicha promoción.
Esperar una fecha en el año para
solucionar un problema de día a día es darle la espalda a nuestro mayor activo La
Familia.
Hemos sentado precedente en cuanto a la responsabilidad social con el
medio ambiente, actos muy loables y merecedores de mención y reconocimientos,
sin embargo sanear el entorno familiar deber ser una prioridad en nuestra
sociedad.
Si toleramos un entorno violento seremos víctimas de la violencia, de
cualquier forma dentro o fuera de nuestro hogar ella nos alcanzara haciéndonos
parte de la vieja y horrible estadística que arropa nuestra sociedad actual.
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque
su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. Proverbios 31:10