Las 7 Iglesias de Asia Menor

“Tienes nombre de que vives, y estás muerto”. ¡Qué triste constatación debe hacer el Señor sobre el estado moral de la iglesia de Sardis! Tener el nombre de vivir es tener la re­putación de ser cristiano, cuando realmente se está muerto para Dios, es decir, sin verdadera relación con él.

Uno puede tener una religión, estar orgulloso de la fe de sus antepasados, pero esto no basta. También uno puede haber tenido padres cristianos y haberlos honrado. Eso es bueno, pero también es necesario recordar su fe (no sólo su integridad moral) y como ellos, tener una verdadera fe personal. Para estar vivo es necesario haberse apropiado personalmente del mensaje del Evangelio y haber creído en Cristo, el único Salvador.

¡La iglesia de Sardis sólo tenía el nombre de vivir! De hecho estaba muerta. Esto nos impresiona pero también debe hacernos reflexionar. ¿Qué es una iglesia local realmente viva? Es un grupo de creyentes (cada uno miembro del cuerpo de Cristo), cuya vida colectiva en un lugar determinado está, en relación viva y estrecha con Cristo, el Jefe y centro de la Iglesia. Sólo él edifica, alienta, ama y santifica a su Iglesia. Esta vida falta, o llega a faltar, si para aquellos que están así reunidos, Cristo no es, o ya no es más, el blanco y centro de la reunión.

Si sentimos esta falta de vida en la iglesia local, podemos empezar por decírselo al Señor y escudriñar la Biblia para que Él nos hable.
Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Sé vigilante, y afirma las otras cosas.
Apocalipsis 3:1-2.

Echa mano de la vida eterna.
1 Timoteo 6:12.
amen-amen.net

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