Licda.
Xiomara Núñez de Céspedes.
Siempre me ha llamado enormemente la atención la
historia bíblica sobre dos parteras Egipcias que desafiaron la orden del
Faraón, este con su temor de ser derrotado por un pueblo esclavo que crecía en
demasía y favor elaboro un plan para parar su desarrollo.
Éxodo 1:15 Y
habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las
hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija,
entonces viva. Pero las parteras
temieron al Eterno, y no
hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños.
Esta
situación en que se encontraron estas mujeres quedo escrita para decirnos que
no importa quién de la orden, si en esta no hay justicia, nada justifica cumplirla.
En Europa cuando comenzaron los juicios contra los
perpetradores del holocausto muchos se justificaron diciendo que cumplían
órdenes, sin embargo este argumento no cambio la decisión de los jueces de
hacerles pagar el daño causado a toda una nación.
Hoy en día necesitamos la valentía y la solidaridad
de Sifra y Fúa
mujeres que arriesgaron su vida antes que dañar a otras. Es imperativo que
despertemos y unamos nuestra voz ante tanta desigualdad y violencia contra los
seres humanos, muchas veces solo vemos y comentamos las noticias como si estas ocurrieran en un
lugar lejano y no es así, son nuestras niñas y niños, nuestras hermanas y amigas, nuestros familiares y amigos quienes caen victima de la
delincuencia, la corrupción y el crimen.
La delincuencia es mala, sin embargo, la corrupción
en todos los niveles del quehacer humano es peor, esta no solo despoja de lo
propio al desposeído sino que corroe los cimientos de la sociedad, una sociedad
cada vez más cegada por la ambición y el deseo mal sano de acaparar y acumular
riquezas sin importar a quien pertenece, nuestra nación merece un destino
mejor, un destino que está en las manos de personas como Sifra y Fúa que
decidieron llenarse de coraje y valentía desafiando las autoridades corruptas e
injustas, ellas nos dejan una gran enseñanza sobre el servicio y la
solidaridad.
El movimiento cooperativo no puede quedarse pasivo
ante los hechos que carcome la sociedad, sociedad que está compuesta por
mujeres y hombres que confían en que este movimiento como lo que es, el único
medio para restaurar la equidad y justicia.
Como empresas basadas en los valores y centradas en
la gente, las cooperativas, por su naturaleza, tienen la responsabilidad social de promover la ética en medio de una sociedad cada vez más
alejada de los principios y valores que nos rigen.
Como parte del compromiso firmado con la ONU en el
2014, la Alianza Cooperativa
Internacional apoya los Diez Principios
del Pacto Mundial de las Naciones Unidas referentes a los derechos humanos, el
trabajo en equidad e incluyente, el medio ambiente y la lucha contra la
corrupción, los fomentará dentro de su ámbito de influencia, desde el
movimiento cooperativo, nuestro compromiso es unir esfuerzo para el logro de
los objetivos, como siempre cito somos luz y sal en medio de tanta oscuridad.
Demostremos con los hechos que se puedes ejercer sin la imperiosa necesidad de apartarnos de esta
visión. Creer fervorosamente en ella y mantenernos sobre los carriles de
libertad, igualdad, solidaridad, ayuda mutua, transparencia, honestidad y en
los siete principios cooperativos fundamentales; transmitiéndolos día a día
para que nuestra nación también avance
en un ambiente de transparencia, donde se consolide el respeto, la confianza y
la credibilidad, bases necesarias para nuestro desarrollo nacional.