Licda. Xiomara Nuñez de Céspedes. En el siglo XXI la Mujer enfrenta desafíos cada vez mayores, día a día se hace necesario un empoderamiento que haga que su visualización sea más evidente en los procesos de transformaciones sociales, políticas y económicas de la generación actual.
El rol de la Mujer ha sido históricamente subvaluado desde el punto de vista tradicional, todavía hoy el orden social hace selectivas omisiones a la hora de dar créditos en los avances científicos o socioculturales de la humanidad, con frecuencia los roles quedan invertidos o distorsionados al momento de acreditar los logros de determinados eventos por el simple hecho de haber sido obtenidos por una mujer.
Pudiera parecer un tema de conflicto o de intolerancia con el género, pero sin embargo si este no existiera no tendríamos la necesidad de hablar sobre la visualización del género femenino.
Tradicionalmente la mujer ha tenido que competir en condiciones desiguales por obtener los mismos beneficios y privilegios que el hombre, en la actualidad hasta el uso del lenguaje no excluyente toma ribetes de desastre al intentar que se haga de sin discriminación de género.
El competir por un trato equitativo con el hombre trae consecuencias agotadoras para la mujer, ya que debe redoblar esfuerzos por obtener posiciones o estatus que para el hombre se da como algo natural o de derecho.
La visualización del género traerá consigo una sociedad más consciente de su componente humano sin degradación de uno frente al otro, sabemos de hecho que leyes y políticas podrán ser implementadas tomando como base la equidad y el bienestar de todos en igualdad de condiciones. El trato equiparable aportará para las personas una mejor calidad de vida.
La humanidad ha sufrido una serie de avances y transformaciones en los últimos decenios, pero solo una constante ha sido difícil de alterar en la misma proporción de los adelantos y es la discriminación por género, no decimos que no hemos prosperado, sino que el progreso ha sido lento y difícil en muchos de los campos a transformar.
Cada persona debe ser compromisaria de luchar por una sociedad más justa y equitativa para sus componentes, en la seguridad de que esto redundara en la prosperidad de una nueva era, la era de la mujer que prospera visualizada en su justa dimensión, cada día rompemos más barreras de roles y nos permitimos pensar independientemente acerca de quiénes somos y qué significa para nosotras los logros obtenidos en base a legítimos esfuerzos.
“Prosperidad significa experimentar el equilibrio en la vida, lograr lo que deseamos a nivel mental, físico, emocional, espiritual y financiero. La Prosperidad es el resultado natural de abrir la mente a nuestras imaginaciones creativas y estar dispuestas a actuar con base en nuestras ideas"